miércoles, 6 de marzo de 2013

SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA




Hablamos continuamente de todo, sin preguntarnos siquiera si aquello de lo que estamos hablando lo conocemos lo suficiente para dar una opinión.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado dando consejos que no hemos experimentado, hablando de temas y defendiéndolos como si nos fuera la vida en ellos?

¿Cuántas veces nos hemos preguntado qué es lo que verdaderamente conocemos de los temas y de dónde procede esa determinación para defenderlos?.

Ante esta pregunta mucha gente contestaría, sin cuestionarse ni por un momento, que lo que opinan y piensan es propio de ellos y de nadie más. Pero la otra cara de la moneda es que, muy probablemente, cada palabra dicha venga, o bien, heredada de la ideología familiar, de lo que oímos en la televisión, en Internet, en la escuela, con los amigos, etc.
Si lo agitas todo obtendrás  tu abigarrado pensamiento, lo que tú crees pensar como propio.

¿Cuántas persona se preguntan el motivo por el qué defienden un equipo de fútbol en concreto, por qué visten de una forma u otra, por qué tienen una ideología política concreta, por qué creen en Dios o en el Demonio, etc.?. Creemos lo que nos explican en el colegio sin cuestionarlo, creemos lo que nos cuentan nuestros padres sin cuestionarlo, creemos lo que nos dicen nuestros amigos sin cuestionarlo y no sólo lo creemos sino que además después, sin habernos preocupado de contrastar la información, lo divulgamos a los cuatro vientos.

Es decir transmitimos información sin contrastarla, la oímos y lo único que hacemos es: Si es a fin con nuestro carácter, la apoyamos, la defendemos y la divulgamos, pero si es contraria nos enfrentamos a ella con la misma fuerza y desconocimiento, sin habernos parado ni por un momento a preguntarnos algo sobre aquella información.

Lo que sabemos es una gota de agua lo que ignoramos es un océano ( Isaac Newton)

Quizás  sólo quizás, deberíamos reflexionar más antes de hablar y basar nuestras conversaciones en charlas lo más empíricas posibles o por lo menos dudar un poco más de todo antes de darlo como válido.
Plantearnos cuánto de lo que va a salir por nuestra linda boquita sabemos con seguridad y tomar en cuenta la famosa frase del filósofo Sócrates “sólo sé que no sé nada” y cómo ejercicio utilizar su mayéutica, es decir, la técnica que consiste en interrogar a una persona para hacer que llegue al conocimiento a través de sus propias conclusiones y no a través de un conocimiento aprendido.



Chandra.